domingo, 13 de mayo de 2012

María Dominga Mazzarello

Nació el 9 de mayo de 1837 en Mornese, Italia. Siendo una sencilla campesina, pobre e ignorante, llegó a ser la Fundadora de la que es hoy la segunda Comunidad religiosa femenina en el mundo (en cuanto a número de sus religiosas), la Comunidad de hermanas Salesianas. Fundó en su pueblo un "Oratorio" o escuela de catecismo para la niñez femenina. Ella y sus amigas les enseñaban costura y otras artes caseras, mientras iban consiguiendo que las jovencitas aprendieran muy bien la religión, observaran excelente comportamiento en casa, fueran a misa y recibieran los sacramentos. Paralelamente, San Juan Bosco utilizaba en Turín una metodología similar, pero aplicada a los varones. El Padre Pestarino observó que en María Mazzarello y sus amigas había gran caridad para con los necesitados y un enorme amor a Dios, además de fuertes deseos de conseguir la santidad. Entonces las reunió en una Asociación Juvenil que se llamó "De María Inmaculada". El mismo las confesaba, les daba instrucción religiosa. En el transcurso de un viaje, el Padre Pestarino se encontró con San Juan Bosco, quien en ese momento se encontaba meditando acerca de la posibilidad de ampliar sus enseñanzas también a las niñas pobres. Pestarino, le contó la obra que realizaba junto con Santa María y lo invitó a conocerla personalmente. Así, el 7 de octubre de 1864, San Juan Bosco fue por primera vez a Mornese. Don Bosco constató que aquellas muchachas que dirigía el Padre Pestarino eran excelentes candidatas para ser religiosas, y con ellas fundó la Comunidad de Hijas de María Auxiliadora, o salesianas, que hoy en día son más de 16,000 en 75 países. El Papa Pío Nono aprobó la nueva congregación, el 5 de agosto de 1872. María Mazzarello fue superiora general hasta el día de su muerte, el 14 de mayo de 1881. Sus tres grandes amores fueron la Eucaristía, María Auxiliadora y la juventud pobre, a la que educó y salvó.

domingo, 6 de mayo de 2012

Santo Domingo Savio

Morir antes que pecar. Domingo nació el 2 de abril de 1842, en San Juan de Riva, cerca de Chieri (Turín). Habiendo crecido en una familia rica de valores, desde pequeño impresionó muchísimo por su madurez humana y cristiana. Esperaba al sacerdote fuera de la iglesia, aun bajo la nieve, para ayudar la santa misa. Estaba siempre alegre. Había tomado con seriedad la vida, tanto que – habiendo sido admitido a la Primera Comunión, a la edad de sólo siete años – trazó en un cuadernito su programa de vida: “Me confesaré con frecuencia y comulgaré cuantas veces mi confesor me lo permita. Quiero santificar los domingos y fiestas de guardar. Mis amigos serán Jesús y María. La muerte antes que pecar”. Con Don Bosco en el Oratorio. A los 12 años, se encontró con Don Bosco y le pidió que lo admitiera a su Oratorio de Turín porque deseaba ardientemente estudiar para llegar a ser sacerdote. Don Bosco, admirado le dijo: “Me parece que hay buena tela”. “Entonces yo seré la tela y usted el sastre”, había respondido Domingo. Don Bosco lo aceptó en el Oratorio de Turín y Domingo le pidió que lo ayudara a “hacerse santo”. Apacible, siempre sereno y alegre, hacía grandes esfuerzos para cumplir con sus deberes de estudiante y para ayudar a sus compañeros en todos los modos posibles, enseñándoles el Catecismo, atendiendo a los enfermos y apaciguando las peleas. A los compañeros nuevos que llegaban al Oratorio les decía: “Debes saber que aquí hacemos consistir la santidad en estar muy alegres. Sólo tratamos de evitar el pecado, que es el gran enemigo que nos roba la gracia de Dios y la paz del corazón, y tratamos de cumplir exactamente con nuestros deberes”. La Compañía de la Inmaculada. Era muy fiel a su programa, sostenido por una intensa participación en la vida sacramental, por una devoción filial a María: gozoso en el sacrificio, fue colmado por Dios con dones y carismas. El 8 de diciembre de 1854, cuando Pío IX proclamó el dogma de la Inmaculada Concepción, Domingo se consagró a María y empezó a avanzar rápidamente en la santidad. En 1856, fundó con algunos amigos del Oratorio, la “Compañía de la Inmaculada” para una acción apostólica de grupo. Nadie supera a Domingo Savio. Mamá Margarita, que había ido a Turín para ayudar a su hijo sacerdote, le dijo a éste un día: “Tú tienes muchos jóvenes buenos, pero ninguno supera el buen corazón y la belleza del alma de Domingo Savio”. Y le explicó: “Lo veo siempre rezando, aún quedándose en la Iglesia después que salen los demás; todos los días deja algo del recreo para visitar al Santísimo Sacramento… Está en la Iglesia, como un ángel en el paraíso”. Murió en Mondonio, el 9 de marzo de 1857. Don Bosco escribió su biografía y lloraba cada vez que la leía. Sus restos están en la Basílica de María Auxiliadora en Turín. Su fiesta se celebra el 6 de mayo. El Papa Pío XI lo definió “Pequeño, o más bien, grande gigante del espíritu”, Es el patrono de los niños cantores y de las mamás que esperan tener un bebé, y por su intercesión se realizan cada año un número sorprendente de gracias. Beatificado en Roma el 5 de marzo de 1950 por Pío XII y canonizado el 2 de junio de 1954 por el mismo Papa.